Diciembre 04 de 2011
VALOR PRESENTE
Rubén Meraz Figueroa *
“Otra manera de interpretar la información”
En nuestra región, las actividades agropecuarias han estado expuestas a lo largo de los años, a una serie de riesgos que de diversas maneras afectaban la producción de los cultivos y por ende la economía de los agricultores. Tal es el caso de los riesgos: climáticos, de mercado, biológicos, financieros, legales y otros.
Sin embargo, al paso del tiempo, en las regiones agrícolas de importancia económica del Estado de Sinaloa, se ha podido ir superando algunos de estos importantes riesgos, como resultado de negociaciones precisas, contrataciones “claras” y otras cosas que son producto de la evolución en términos de desarrollo agropecuario.
No obstante tales avances, la actividad agropecuaria mantiene “pegada” dos riesgos importantes, que por su acción han derrumbado el trabajo de los productores cuando estos tratan de alcanzar un beneficio por el esfuerzo y la inversión realizada; tales riesgos son: el clima y de mercado.
Resulta primordial hacer notar, que en nuestra región, se tuvo la “suerte” por muchos años de sostener una tranquilidad en términos de riesgos climáticos (huracanes, inundaciones, sequías, heladas etc.), pero no fue así con los riesgos del mercado (oferta, demanda y precios) de los productos que los agricultores y ganaderos comercializan.
Lo curioso que está pasando hoy día, es que las acciones de estos dos riesgos se invirtieron, los riesgos del mercado -en términos de magnitud- se están reduciendo, dado que la demanda de los productos que se cosechan en la región se incrementa y los precios, tanto en los mercados nacionales como internacionales de los granos y leguminosas se mantienen en altas cotizaciones y parece que se sostendrán por largo tiempo.
Sin embargo, los riesgos climáticos están apareciendo con mayor magnitud y como ejemplo se tiene que el año que se está viviendo (2011) se presentaron dos eventos climáticos de gran fuerza: las heladas de febrero pasado cuyo impacto devasto los cultivos sembrados en el ciclo otoño-invierno y la sequía que hoy día se está padeciendo en nuestro Estado y en gran parte del territorio nacional.
Resulta de vital importancia que los agricultores se protejan oportuna y apropiadamente con los seguros correspondientes en sus fondos de aseguramiento, contratando las primas adecuadas para proteger la inversión realizada ante los siniestros que pudieran ocurrir durante la explotación del los cultivos, a fin de recuperar la inversión realizada y mantener la liquidez para efectuar nuevas inversiones.
Es importante hace notar, que los recursos recuperados, ante la acción del seguro agrícola es la recuperación de la inversión realizada, en ningún momento se trata de pérdidas en el cultivo; lo que se perdió fue el ciclo agrícola y el tiempo que conlleva, pero no una utilidad que nunca existió y que anormalmente se pretende representar por el “dineral “que se dejó de ganar si el siniestro no hubiera ocurrido.
VALOR FUTURO
Resulta necesario valorar con mayor cuidado la importancia de los fondos de aseguramiento, dado que actualmente representan una considerable responsabilidad y una creciente importancia en como mejorar el financiamiento de la agricultura. Los fondos de aseguramiento desde hace muchos años han capitalizado los recursos captados fundamentalmente por la ausencia de siniestros en los cultivos; esos recursos se han destinado-en el mejor de los casos-a diversas inversiones de renta fija o de bajo riesgo, como una “forma” de administración de dichos recursos.
Sin embargo, considero que los fondos de aseguramiento en general no están forjando la potencialidad que se puede obtener de ellos en términos de administrar apropiadamente la fuerza adicional que pueden generar en beneficio de sus asociados.
Las inversiones de los sobrantes de capital de los fondos de aseguramiento cuando se utilizan para adquirir bienes raíces a efecto de mantener el valor del dinero y evitar que la inflación erosione el capital liquido, quizás no se la mejor inversión.
Los recursos captados mediante los fondos de aseguramiento (mismos que son propiedad de los productores), deben de ser utilizados en forma más conveniente; por ejemplo realizando inversiones en infraestructura a fin de que se beneficien los productos de los asociados, con valor agregado; también, se pueden establecer industrias que produzcan insumos más baratos que los que adquieren en el mercado; así mismo, se pueden establecer negociaciones con los bancos a objeto de mejorar sustancialmente las tasas de interés en los prestamos que utilizan los asociados para las siembras se sus cultivos, entre otras.
Resulta importante empezar a reflexionar, con mayor firmeza y profundidad que hacer con muchos recursos (que andan volando) que no están afianzados apropiadamente y que son fuertes soportes en términos de reducir los costos de producción y mejorar sustancialmente el capital de los asociados de los fondos; además, mejorar la competitividad de los productores agrícolas.
Buena suerte para los productores agropecuarios en esta nueva etapa (por decirlo de algún modo) donde los riesgos derivados por la fuerte presencia del cambio climático están fuera del control; por tal motivo habrá que acomodarse a nuevos ajustes en fechas de siembra y además, mayor protección con seguros, mantener vigorosos los cultivos a fin de enfrentarse al futuro, como buenos agricultores que por su actividad están dispuesto a tomar los riesgos que impone la naturaleza.
Agro negocios: proyectos y financiación*VALOR PRESENTE
Rubén Meraz Figueroa *
“Otra manera de interpretar la información”
En nuestra región, las actividades agropecuarias han estado expuestas a lo largo de los años, a una serie de riesgos que de diversas maneras afectaban la producción de los cultivos y por ende la economía de los agricultores. Tal es el caso de los riesgos: climáticos, de mercado, biológicos, financieros, legales y otros.
Sin embargo, al paso del tiempo, en las regiones agrícolas de importancia económica del Estado de Sinaloa, se ha podido ir superando algunos de estos importantes riesgos, como resultado de negociaciones precisas, contrataciones “claras” y otras cosas que son producto de la evolución en términos de desarrollo agropecuario.
No obstante tales avances, la actividad agropecuaria mantiene “pegada” dos riesgos importantes, que por su acción han derrumbado el trabajo de los productores cuando estos tratan de alcanzar un beneficio por el esfuerzo y la inversión realizada; tales riesgos son: el clima y de mercado.
Resulta primordial hacer notar, que en nuestra región, se tuvo la “suerte” por muchos años de sostener una tranquilidad en términos de riesgos climáticos (huracanes, inundaciones, sequías, heladas etc.), pero no fue así con los riesgos del mercado (oferta, demanda y precios) de los productos que los agricultores y ganaderos comercializan.
Lo curioso que está pasando hoy día, es que las acciones de estos dos riesgos se invirtieron, los riesgos del mercado -en términos de magnitud- se están reduciendo, dado que la demanda de los productos que se cosechan en la región se incrementa y los precios, tanto en los mercados nacionales como internacionales de los granos y leguminosas se mantienen en altas cotizaciones y parece que se sostendrán por largo tiempo.
Sin embargo, los riesgos climáticos están apareciendo con mayor magnitud y como ejemplo se tiene que el año que se está viviendo (2011) se presentaron dos eventos climáticos de gran fuerza: las heladas de febrero pasado cuyo impacto devasto los cultivos sembrados en el ciclo otoño-invierno y la sequía que hoy día se está padeciendo en nuestro Estado y en gran parte del territorio nacional.
Resulta de vital importancia que los agricultores se protejan oportuna y apropiadamente con los seguros correspondientes en sus fondos de aseguramiento, contratando las primas adecuadas para proteger la inversión realizada ante los siniestros que pudieran ocurrir durante la explotación del los cultivos, a fin de recuperar la inversión realizada y mantener la liquidez para efectuar nuevas inversiones.
Es importante hace notar, que los recursos recuperados, ante la acción del seguro agrícola es la recuperación de la inversión realizada, en ningún momento se trata de pérdidas en el cultivo; lo que se perdió fue el ciclo agrícola y el tiempo que conlleva, pero no una utilidad que nunca existió y que anormalmente se pretende representar por el “dineral “que se dejó de ganar si el siniestro no hubiera ocurrido.
VALOR FUTURO
Resulta necesario valorar con mayor cuidado la importancia de los fondos de aseguramiento, dado que actualmente representan una considerable responsabilidad y una creciente importancia en como mejorar el financiamiento de la agricultura. Los fondos de aseguramiento desde hace muchos años han capitalizado los recursos captados fundamentalmente por la ausencia de siniestros en los cultivos; esos recursos se han destinado-en el mejor de los casos-a diversas inversiones de renta fija o de bajo riesgo, como una “forma” de administración de dichos recursos.
Sin embargo, considero que los fondos de aseguramiento en general no están forjando la potencialidad que se puede obtener de ellos en términos de administrar apropiadamente la fuerza adicional que pueden generar en beneficio de sus asociados.
Las inversiones de los sobrantes de capital de los fondos de aseguramiento cuando se utilizan para adquirir bienes raíces a efecto de mantener el valor del dinero y evitar que la inflación erosione el capital liquido, quizás no se la mejor inversión.
Los recursos captados mediante los fondos de aseguramiento (mismos que son propiedad de los productores), deben de ser utilizados en forma más conveniente; por ejemplo realizando inversiones en infraestructura a fin de que se beneficien los productos de los asociados, con valor agregado; también, se pueden establecer industrias que produzcan insumos más baratos que los que adquieren en el mercado; así mismo, se pueden establecer negociaciones con los bancos a objeto de mejorar sustancialmente las tasas de interés en los prestamos que utilizan los asociados para las siembras se sus cultivos, entre otras.
Resulta importante empezar a reflexionar, con mayor firmeza y profundidad que hacer con muchos recursos (que andan volando) que no están afianzados apropiadamente y que son fuertes soportes en términos de reducir los costos de producción y mejorar sustancialmente el capital de los asociados de los fondos; además, mejorar la competitividad de los productores agrícolas.
Buena suerte para los productores agropecuarios en esta nueva etapa (por decirlo de algún modo) donde los riesgos derivados por la fuerte presencia del cambio climático están fuera del control; por tal motivo habrá que acomodarse a nuevos ajustes en fechas de siembra y además, mayor protección con seguros, mantener vigorosos los cultivos a fin de enfrentarse al futuro, como buenos agricultores que por su actividad están dispuesto a tomar los riesgos que impone la naturaleza.
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